Vacaciones en Roma

Antes de que el populacho pusiese de moda a Audrey Hepburn y descubriese que protagonizó una pelicula ambientada en la Ciudad Eterna, nosotros vivimos 5 días épicos. Algunas estrellas brillaron mucho más que otras en aquella convivencia. Willy amenizó el viaje de ida con sus "actos reflejos" y con el alijo de hachis que los perros detectaron en su maleta. Mauri nos enseñó como NO se montan las tiendas de campaña (salvo que te esté enfocando la cámara de Victor). Yuki expulsaba gas mostaza tras ingerir butifarra. Don Luis Madrid... también estaba ahí. Y Fernando Simón escudriñaba los mapas mientras preparaba el itinerario de un paseo eterno que acababa en un callejón sin salida. Mauri se convirtió en el mejor amigo de Jaime García del Barrio y descubrimos que Amat era alérgico al plástico. En fin. Pasaron muchas cosas en aquel viaje, pero dejaré que os acordéis vosotros mismos.

Vacaciones en Roma II

No quiero monopolizar el tema, pero permitidme que derroche mi nostalgia en un último post sobre lo mismo. Entre sollozos subo unas últimas perlas...

El Club de los Leones

Lo cierto es que, mal que nos pese, se llamaba así. Era el nombre que recibía el club de lectura en sexto de primaria (calculo yo) y para demostrarlo, Edu posa orgulloso con el anagrama del club que él mismo pintó los los plastidecor nuevos del estuche con forma de autobús que tenía Victor.

Homo-ciclos

Erasé una vez una Kimco especial que perdió cuando Acorán (26) le picó en singular carrera al salir de una cena después de selectividad. Las motos han llenado nuestra vida escolar con momentos únicos. La azul de Juanpi y la Roja de Willy. Pocos recuerdan, muchos ni vieron siquierala de Simón, pero él fue el auténtico precursor de esta moda sobre ruedas.

Espacios

Somos seres sociales por naturaleza, pero la socialización no puede llevarse acabo en cualquier espacio, algunos espacios son más propicios para que la socialización se lleve acabo y para que su recuerdo permanezca en el tiempo.
Heródoto.

Comedor

Dicen que los seres humanos dedicamos un 10% de nuestra vida comiendo. La verdad es que me acabo de inventar el dato y la verdad es que tampoco comíamos mucho en aquellos días. En el comedor se llevaba la cháchara, el trueque entre la comida de fiambrera y la del comedor y los incombustibles piropos hacia Belén.

Desfiles

Doce años seguidos haciendo lo mismo; pero todos los años algún despistado e inocente varón se incrustada el mástil de la dichosa bandera en la entrepierna al pasar por la diminuta puerta del poli. En fin, que recuerdos. A nadie se le olvida aquella melodía de entrada y salida del desfile. Trori tirori tiroritoti.